El Mundo De Yamilah

    La autora costarricense Mariana Denhollander, ha logrado hacer algo que muchas personas, principalmente mujeres, tememos... y es hablar de nuestro peso e imagen. A través de su libro El Peso Que Más Pesa;  nos cuenta su historia de superación, y lo más importante, nos enseña que no estamos solas. 

    Leer la historia de Mariana, me ha motivado  a contar la mía, ¿qué es lo peor que podría pasar?, existen muchas maneras de expresarse y bueno, nunca es tarde para hacerlo, así que ha llegado mi momento de "lanzarme al agua". 

    EL MUNDO DE YAMILAH 

(debería de tener un título más cool, pero no se me ocurrió otro)

     Resumen rápido de mi vida: tengo 24 años, soy fisioterapeuta, tengo una familia increible, amistades que no cambio por nada, practico el deporte que amo, tengo muy buena salud y perros y libros en mi vida. Soy muy feliz y agradecida con Dios por todo lo que tengo hasta el día de hoy. 

    Pero esta entrada no es exactamente para contarles lo feliz que soy, más bien es para darles a conocer mi historia. 

    Desde que tengo memoria he luchado contra mi imagen y mi cuerpo, comparandome con lo que la sociedad exige y no tienen idea de lo agotador que es. 

    Recuerdo que desde que era niña, en el Kinder siempre fui la más "gruesita", y Dios sabe cuánto odiaba serlo. Creo que este es un buen punto de partida, para que las personas que me lean, comprendan que una obsesión de imagen y peso se puede desarrollar desde la niñez. Tampoco vayan a pensar que mis papás son los culpables de todo esto (quiero aclarar que tengo al mejor papá y mamá del mundo), pero la verdad es que es imposible señalar a un solo culpable, todo este tema es un conjunto de vivencias que se fueron acumulando poco a poco y por mi personalidad, tal vez no lo sobrelleve de la mejor manera. 

    No voy a decir que el bullying recibido en la escuela me hizo más fuerte, más bien me hizo una persona insegura en cuanto a mi imagen y mi peso. Recibir comentarios donde me comparaban con una ballena, ¡wow! es de las cosas que más he detestado en mi vida y lo único que ese "trato" me enseñó, fue que haría todo lo posible para que una persona cercana a mí, jamás se sintiera mal u ofendida. 

    En toda mi etapa escolar existe un salvador, y ese es mi amado deporte, el Baloncesto, no sólo me ayudó a ser mejor estudiante, sino que me demostró que existe una válvula de escape sana a todos nuestros problemas.  

    Cuando llegué al colegio, creía que todo sería diferente, pero estaba muy equivocada. Entré a una institución pública, con muletas y una pierna de yeso... ya se podrán imaginar la cantidad de comentarios negativos. Además existía el pensamiento de que al yo ser deportista JAMÁS podría tener unos kilitos extra. Así fue como entré al mundo de la dieta y la obsesión con un porcentaje de grasa. No me malinterpreten, un control nutricional es la mejor manera para controlar el peso, o sea, ellos son los expertos, la salud ante todo. Sin embargo yo tenía en mi mente una meta, así que no disfrutaba lo que comía o bien me pesaba todos los días, me medía con la cinta métrica para saber si tenía más pancita o no, además no olvidemos todas las vistas frente al espejo "apretando" mi exceso de grasa. 

    Muy en el fondo sabía que tenía un problema, pero no sabía cómo afrontarlo. Mi mamá siempre me apoyó y me daba todo su amor en mis momentos de crisis cuando subía de peso. Pero ella no podía hacer nada por mí... era yo la que tenía que cambiar de actitud y pensamiento, pero sobre todo, tenía que empezar a amarme. 

    ¿Cómo era posible que las personas me dijeran que era linda, y yo no creerlo / sentirlo?. 

    Cuando terminé la universidad, empecé a comprender que la sociedad  y sus redes sociales nos venden algo que no existe. Fue en ese momento cuando mi cerebro hizo click y empecé a quererme físicamente, claro que tenía mis altibajos pero era más constante en mi trabajo de amor hacia mi imagen. Así que decidí regresar a un control nutricional pero con un nuevo objetivo, ya no me importaba la parte estética, quería estar saludable y tener un buen rendimiento deportivo... ese cambio de Chip, es lo que me mantiene aún en nutrición. 

    Por otro lado, comencé a entrenar en un gym que no tenía espejos y aunque no lo crean es de las mejores cosas que me ha pasado, ya no me enfoco en cómo me veo, sino  en cómo mi cuerpo ha ido mejorando y ha ido logrando cosas que jamás pensé. 

    Llegar a tener la "madurez" de pensar como lo hago ahorita, no es nada fácil, pero no estoy sola, tengo gente detrás mío que me apoya y que me levantan cuando lo necesito. 

    Mi actual filosofía de vida, es nada más y nada menos que la del grande que descansa en paz, Kobe Bryant. Mamba Mentality, todo lo que vayamos a hacer, hacerlo bien, disfrutarlo, amarlo, ser el mejor y sobre todo, ser feliz. 

    Si llegaron hasta aquí, se los agradezco de corazón, no es nada fácil escribir sobre las cosas que nos atormentan. Si necesitan hablar, cuentan con una persona que los tratará de comprender. Desahogarnos nos hace libres. 



The Reading Witch 



    

Comentarios

  1. Te felicito por contar esa parte de tu vida, muchos vivimos eso por años y no es nada fácil. Gracias por este post Yami.

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  2. Te felicito por contar esa parte de tu vida, muchos vivimos eso por años y no es nada fácil. Gracias por este post Yami.

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  3. Wow... A mí me sucedió algo similar con mi acné, que no me dejó disfrutar del colegio, pero en general siempre recibí muchísimo bullying, y luego lo reproduje hacia otras personas. Es todo una enorme maquinaria de odio de la que es difícil escapar. Gracias por compartir tu historia.

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    1. No puedo creer que hasta ahorita vea esto. Cada uno tiene su historia y las razones de cómo uno actúa! No hay que juzgar a nadie! Eres grande Frank!

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